Quién Soy

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PSICÓLOGA. PSICOTERAPEUTA . PSICOONCÓLOGA

Concibo la psicoterapia como algo dinámico y lleno de posibilidades, donde paciente y terapeuta crecen, un viaje juntos con infinidad de posibilidades.

En mi web, en mis tarjetas verás que aparecerá un barquito. Quiero explicarte porqué decidí hacerlo. Durante mis años de experiencia cómo psicóloga he navegado con mis pacientes, hemos viajado juntos, hemos emprendido nuevas aventuras y conocido nuevos rumbos. En este proceso me he dado cuenta lo importante que es dejarse llevar, subirse a la aventura y sumergirse en el proceso del encuentro con uno mismo. No es fácil tomar la decisión de emprender un viaje, los miedos nos invaden y muchas veces nos paralizan. Este barquito que ves aquí te permitirá emprender un recorrido, un viaje, conocer y sumergirte en el mar de los sentimientos, en ese mar que a veces está en calma pero que también puede ser muy turbulento. Anímate y naveguemos juntos a lo largo de esta historia.

DEJARSE LLEVAR, SUBIRSE A LA AVENTURA

Y SUMERGIRSE EN EL PROCESO DEL ENCUENTRO CON UNO MISMO…

SERENIDAD

Te contaré una historia de un barquito de madera que se sentía asustado y sin rumbo. Su dueño decidió llamarlo SERENIDAD.

Un día su dueño pensó que el barquito estaba preparado para comenzar un viaje pero el barquito no lo sentía así, se sentía inseguro, con miedo, pero no tuvo mas remedio que emprender el viaje. Navegó varios meses sin rumbo, con miedo. No percibía el paisaje, solo sentía miedo y angustia. Poco a poco fue disfrutando del océano, de los amaneceres, de los atardeceres, de los delfines. Se dio cuenta de que si se dejaba llevar por los vientos que soplaban podía bailar al ritmo de las olas. Durante la travesía sufría, quería abandonar pero no lo hacía. Había momentos de mucha calma, otros de mucha turbulencia. Recordaba a su maestro que le decía en momentos de turbulencia no hagas maniobras, sostén el timón. Sostenía el timón y respiraba. Todo pasaba..

Atracó en un puerto y vio mucha gente, no se sintió sólo pues recordó que formaba parte de algo, tenía a su familia y amigos. Disfruto de la compañía, de compartir…. Pasaron los años y se fue haciendo mayor y ya no podía seguir navegando, pero había aprendido a sentirse sereno… La serenidad le acompañaba… su nombre le gustaba.

Se dio cuenta que la serenidad es un viaje con obstáculos… pero hay que viajar y arriesgarse para saberlo..

La serenidad no es la falta de tormentas, es hallar la paz en medio de ellas. Ese barquito siempre está dentro de ti.. Sólo es cuestión de subirte y disfrutar de lo que te proporciona ese viaje.. Quizá no encuentres el momento perfecto para subirte pero a veces tienes que atreverte y navegar.

TESTIMONIOS